Es doloroso lo que pasó en la
Samaria, se habla de falta de solidaridad, de morbo, de intolerancia, y muchas
otras cosas más, pero desde la distancia y las redes, es fácil emitir juicios y
críticas. No estuve ni cerca del hecho, pero éste no me extraña, era algo que
se veía venir en la ciudad, y que seguro, y dolorosamente, volverá a ocurrir,
pues toda la ciudad está invadida de jóvenes con problemas bárbaros, no sólo
económicos, sino sociales y familiares.
Estos jóvenes son el resultado de
políticas y planteamientos sociales errados, donde el niño casi se volvió intocable,
donde puede hacer lo que se le venga en gana sin sanción, donde existe además,
un constante abandono de padres producto, entre otras, de una política laboral
explotadora y exprimente de la persona humana, donde además, el hecho policívo
se volvió más, una forma de rebusque, que dé servicio a la comunidad, donde los
vecinos y familiares muchas veces justifican los actos recurrentes de jóvenes y
niños.
Muchos nos quejamos hoy con la
dirigencia local, aduciendo que se deben hacer más programas sociales y menos
cemento, pero ambas cosas son importantes y necesarias, antes nos quejábamos por
la falta de espacios, hoy porque se están haciendo, creo que es un problema cuya
solución parte de todos, no solo desde quienes regentan hoy el poder local,
entre todos es que podemos tener una Santa Marta mejor, con nuestro compromiso
ético es que en realidad podemos cambiar a la bella Santa Marta.
Y vale anotar que el problema no
es solo de la ciudad, es un problema nacional, todas las ciudades y casi todos
los pueblos de Colombia sufren la misma problemática, lo que lleva a pensar que
esto es un problema coyuntural que se volvió estructural, y que desde las altas
esferas del poder nacional aportan más, para empeorarlo que para una mejoría,
solo es ver los altos índices de corrupción rampante en el país, y donde además,
un expresidente en su momento, justifico la muerte de unos jóvenes, uno de
ellos con problemas especiales, por parte de miembros del Ejército Nacional,
aduciendo que andaban en actividades ilegales sin tener prueba de ello.
Es duro lo que pasa, pero vuelvo
y repito, es un problema donde todos, por acción u omisión, hemos sido
participes, y por lo tanto, entre todos debemos CONSTRUIR la SOLUCIÓN, y solo
así, podemos decir que Santa Marta está cambiando…